Adolescence: el dedo en la llaga
A solo dos semanas de su estreno, la miniserie británica producida por Netflix se convirtió en tema de conversación global por la manera en que trata el drama de los adolescentes aislados, encerrados en su jaula online. Una muestra más de que el arte y la comunicación tienen un rol clave en la búsqueda de soluciones a los más profundos problemas humanos.
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Cuidado. “It takes a village to raise a child” dice un viejo proverbio africano, después adoptado por los ingleses: hace falta un pueblo para criar a un chico. Se llega a adultos no sólo con la ayuda de los padres o de los maestros. Juegan un papel clave también los amigos, los abuelos, los primos, los tíos, los vecinos, los compañeros del club, los entrenadores, el kiosquero de la esquina, el florista, el panadero. Un chico es (o mejor dicho, era) el resultado de todas esas interacciones. Y de los deportes que practica. Y de los libros que lee y de las series que mira.
Ahora —cada vez más—, somos el resultado de todo eso, pero sobre todo de las horas que pasamos online, interactuando con el algoritmo o con quien esté del otro lado. Eso es lo que alarmó a Stephen Graham, actor y productor de Adolescence, cuando se hicieron públicos algunos crímenes cometidos por adolescentes en el Reino Unido: creemos que nuestros hijos están seguros porque están en el cuarto de al lado, sin saber que su aislamiento puede estar escondiendo un cóctel explosivo de adicciones, depresión y violencia.
Adolescence, magistral en su factura técnica, está teniendo una repercusión global extraordinaria que presenta algunos ángulos que vale la pena considerar:
Ranking. Para el cholulaje, el podio: Finlandia, Dinamarca e Islandia tienen las comunidades más felices. Confirmado: el clima o la falta de luz son menos importantes de lo que parece. En el otro extremo, Afganistán, Sierra Leona y el Líbano figuran entre las más tristes en un listado de 147. La Argentina no está tan mal en el puesto 42. Un poco peor que Brasil y un poco mejor que Chile.
Éxito en Netflix. Con apenas dos semanas desde su estreno —se lanzó el 13 de marzo—, la miniserie superó los 66 millones de reproducciones, con lo que se convirtió en la más vista de la plataforma. Doble mérito: no es entretenimiento liviano. Es un drama de enorme densidad, filmada en plano secuencia, que interpela a todas las audiencias. Para colmo, incurre en el spoiler: devela quién es el asesino en el primer capítulo.
Repercusiones en redes y los medios. Millones de menciones, muchas sobre la miniserie misma, muchísimas sobre los problemas que plantea: el fenómeno de los incel (involuntary celibate), la “manósfera” (una subcultura online machista y violenta) y la regla del 80/20 (el 80% de las mujeres interesada en el 20% de los hombres). Una bomba de tiempo, hasta ahora oculta.
Reacción del gobierno del Reino Unido. El impacto fue tan extraordinario, que el Primer Ministro Keir Starmer, tras una reunión en Downing Street con los productores de la miniserie, salió a apoyar oficialmente el plan de Netflix de mostrarla de forma gratuita en las escuelas de todo el país a través de la plataforma IntroFilm+. Un acierto.
Como en tiempos de Shakespeare, el público se conmueve por una historia en la que se entrecruzan el dolor, la violencia, la muerte y el arrepentimiento. Nada nuevo bajo el sol: es la siempre renovada necesidad del ser humano de enmendar sus errores, por grandes que sean.
Ilustración: gentileza GM+AI
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Tres preguntas a Alejandro Schujman. Es un psicólogo argentino, especializado en familia y adolescencia. Conferencista y columnista en varios medios, es autor de Generación NI NI, Es NO porque yo lo digo, Padres rehenes de hijos tiranos y Herramientas para padres.
—La serie “Adolescencia” de Netflix reavivó el debate sobre el entorno en que crecen los chicos… —Estamos dejando a los adolescentes solos. La nueva tragedia colectiva de nuestra era es la soledad de los chicos y la pérdida de sentido común de los padres. Me refiero al silencio en que viven muchos de nuestros jóvenes, que se sienten invisibles para sus padres. El silencio no surge porque no quieren hablar. Es una falsa creencia eso de que “mi hijo no habla, es mudo”. Hablan cuando hay padres atentos a escuchar lo que tienen que decir. Necesitan que los miremos a los ojos, que les pongamos límites. Nos encontramos atrapados entre dos extremos generacionales: el autoritarismo del pasado, donde volaban chancletas y cachetazos, y la crianza híper-respetuosa actual que en ocasiones raya en ceder demasiada libertad sin la estructura necesaria. Esta dicotomía produce una generación de “padres rehenes de hijos tiranos”. Y no son tiranos por maldad, sino como un grito desesperado de búsqueda de límites, atención, cercanía.
—Los padres del protagonista de la serie creen que su hijo está cerca porque duerme en el cuarto de al lado. ¿Es posible que, de todas maneras, sea perfecto desconocido?
—A diferencia del pasado, hoy los chicos no están más seguros en sus cuartos que en la calle, porque ahora las malas compañías, las “malas juntas”, como le decíamos en nuestra época, pueden venir desde el teléfono. Hoy el mundo entero entra en el cuarto de los chicos a través de redes y pantallas. A los chicos les pasan cosas delante de nuestros ojos y tenemos que estar atentos para verlas. La consecuencia más visible de esta falta de conexión es el aumento de trastornos emocionales, como la ansiedad y la depresión, que en algunos casos extremos lleva al suicidio. El adolescente, por naturaleza, está en una constante búsqueda de identidad y pertenencia. Si no encuentra ese espacio para expresarse en casa, buscará alternativas que a menudo son perjudiciales.
—¿Qué papel juegan las redes sociales en esta dinámica?
—Han creado una plataforma de autoexpresión que puede convertirse en un arma de doble filo. Los jóvenes encuentran validación a través de “likes” y seguidores, sustituyendo el reconocimiento verdadero y significativo que debe venir de sus relaciones cercanas. Esto alimenta un narcisismo superficial que no equilibra la verdadera autoestima. Es fundamental en esta etapa de la vida la mirada del padre, su validación... Ojo, no se trata de que reciban solo elogios, también valen las conversaciones incómodas, esas que los padres suelen evitar por miedo a la reacción del chico. Son esas charlas honestas donde se abordan temas críticos: el uso del alcohol, sustancias, comportamientos en línea y emociones. No podemos esperar que nuestros hijos nos cuenten sus problemas si antes no hemos cultivado un espacio de confianza y apertura.
Las tres preguntas a Alejandro Schujman se tomaron de la entrevista que le hizo Diana Baccaro, publicada originalmente en Clarín. Para acceder a la conversación completa podés hacer click acá.
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WhatsApp Carlos Álvarez Teijeiro, ya citado otras veces en Comms, otra vez aporta su mirada lúcida. “Debemos reivindicar el derecho a la desconexión como forma de resistencia contra la sociedad del rendimiento y su imperativo de comunicación constante”, dice en este artículo, en el que observa que WhatsApp no es solo un medio de comunicación, sino sobre todo “un dispositivo que reconfigura eficazmente nuestra experiencia temporal y nuestra relación con el otro”. Esta app nos hace permanentemente disponibles (so pena de sentir culpa), casi sin espacio para el necesario silencio desde el que se construye la propia interioridad. Una mirada sugerente y una propuesta de firme y amable defensa del yo.
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Academia. Hablamos de reputación corporativa pero no siempre tenemos claridad sobre qué estamos diciendo. Este artículo repasa varias definiciones de la literatura académica reciente y las categoriza por sus similitudes y diferencias. Sugiere que las definiciones con más potencial usan términos como juicio, estimación, evaluación o calibre. Sobre esta base, los autores proponen una nueva definición de reputación, distinguible de la identidad, la imagen y el capital de reputación corporativa. Según ellos, reputación corporativa es el conjunto de “juicios colectivos de los observadores de una corporación basados en la evaluación que hacen de los aspectos financieros y sociales y de los impactos ambientales atribuidos a la corporación a lo largo del tiempo”. Un buen aporte a la claridad conceptual de los profesionales de la comunicación.
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Oportunidades laborales
Boehringer Ingelheim mantiene activa su búsqueda para la posición de Head of Corporate Affairs South America Region.
Holcim Argentina inició su búsqueda de Analista de Asuntos Públicos.
¡Hasta el próximo miércoles!
Juan.
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