El enigma de la confianza

El Digital News Report 2025 que publica el Reuters Institute confirma que la confianza en los medios de comunicación sigue en baja en todo el mundo. Una tendencia que contrasta con el afianzamiento de otras fuentes que las audiencias identifican como “alguien como yo”.

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25-06-2025

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Trust. Nuestros ancestros más lejanos sólo creían en lo que percibían sus sentidos. Así, cautelosos, con un garrote en la mano, es como salieron de las cuevas. Sus descendientes, de a poco, aprendieron a confiar en lo que decían otros: los ancianos, los sacerdotes, los sabios... Desde hace unos cientos de años le creemos (a veces) a la autoridad civil, y desde el siglo XVIII depositamos nuestra confianza en el oráculo de los científicos. Hace poco más de 200 años —o sea anteayer— la gente empezó a confiar también en personas a las que nunca habían visto pero publicaban sus versiones de la realidad en rudimentarios periódicos impresos. Los caprichos del alma humana son fascinantes.

El recientemente publicado Digital News Report 2025 del Reuters Institute muestra que la confianza que supieron inspirar los medios de comunicación a sus audiencias, y que se mantuvo por casi dos siglos, va en declive. A nivel global, sólo el 40% de los encuestados dice confiar en las noticias que publican los medios, y en países como la Argentina, los Estados Unidos o el Reino Unido, esa cifra cae por debajo del 35%. Así, mientras los medios tradicionales se enfrentan al escepticismo generalizado, crece la cantidad de personas que confían en periodistas, influencers o “creadores de contenido” —whatever that means— que transmiten desde sus casas y, por no ser parte de una gran estructura, lucen como más genuinos. Cuanto menos profesionales parecen, más les creen.

Esto, que luce como un cambio de paradigma en toda regla, admite algunas claves de análisis:

Sospecha de intereses ocultos. La percepción de que los medios están sesgados o responden a intereses políticos o económicos alimenta el escepticismo del usuario promedio. En algunos países, como Grecia (23%) o Francia (28%), la confianza es bajísima. El periodismo institucionalizado, que es inevitablemente caro de mantener, carga con el estigma de ser demasiado dependiente de sus sponsors. Un problema de difícil solución.

Redes sociales como puertas de entrada. Aunque muchos usuarios desconfían de lo que ven en plataformas como Facebook o TikTok, esas redes son el canal principal de acceso a noticias para los menores de 35 años. Lo que importa no es tanto el contenido de un medio, sino la opinión de alguien a quien se sigue por afinidad o simpatía: los influencers se vuelven gatekeepers de los medios a la vez que, de algún modo, humanizan su contenido. Quizá hasta les estén alargando la vida.

Líderes de opinión como marca personal. Cuanto más jóvenes, menos confianza en “el medio” como institución, y más afinidad con la médica que habla de salud, el economista que hace simple lo complejo o el analista político que parece que estuviera en un asado con amigos cuando explica los entresijos del poder. Más que las grandes marcas, son los nombres propios los que funcionan como anclas de confianza.

Fuga de los jóvenes. Sólo el 22% de los menores de 35 años dice que las noticias son algo importante para su vida diaria. Pero además expresan que prefieren contenidos que entretengan a la vez que informan —mejor videos que textos—, y que vengan de personas que les hablen de igual a igual: no bajadas de línea, sino conversaciones. ¿Así o más claro?

El riesgo de la fragmentación. Aunque este modelo favorece la personalización y la cercanía, también tiene un costo: la pérdida de marcos comunes. Si cada uno arma su dieta informativa sólo con voces afines, crece el riesgo del encierro en burbujas que refuerzan prejuicios. Las tribus se cohesionan cada vez más y escala el enfrentamiento con los que piensan distinto: más polarización.

En algún sentido, parece que volviéramos a los tiempos en los que nuestros ancestros lejanos —todavía muy primitivos en sus habilidades sociales— confiaban sólo en los de su propia tribu. Los políticos, expertos en confrontar, saben cómo sacarle rédito a eso. Las empresas, en cambio, tienen que aprender a conversar con públicos adictos, sobreestimulados por la adrenalina del conflicto. No hay tiempo para aburrirse.


Ilustración: gentileza GM+AI

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Tres preguntas a Ian Parmeter. Es un analista político australiano, experto en Medio Oriente. Fue embajador de Australia en el Líbano y trabajó en el Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio de su país. Actualmente es investigador en el Centro de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Nacional Australiana.

—¿Cómo puede explicarse el contexto del ataque de Israel a Irán?
—Estos ataques deben considerarse parte de una secuencia que comenzó con la guerra de Gaza tras el ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023, y que continuó con los ataques de Israel contra Hezbolá (el grupo militante respaldado por Irán en el Líbano) y la caída del régimen de Assad, respaldado por Irán, en Siria. Irán nunca ha estado tan débil como ahora. Y cuando Trump dijo que podría tardar dos semanas en decidir si bombardear Irán, es probable que los israelíes le presionaran para que actuara antes. Podemos suponer que hubo mucha presión israelí sobre Trump para que utilizara los proyectiles de munición masiva, los bunker buster de 13.600 kilogramos, que solo Estados Unidos puede desplegar con sus bombarderos B2. ¿Qué puede ocurrir ahora? Hay varios escenarios posibles. Irán puede contraatacar, pero saben que no tienen la fuerza necesaria para enfrentarse a Estados Unidos y que los estadounidenses pueden causar enormes daños a su país e incluso poner en peligro la estabilidad del régimen iraní. Esta es siempre la principal consideración del régimen clerical liderado por el líder supremo Alí Jamenei: todo lo demás es secundario.

—¿Cuál puede ser la reacción de Irán a partir de ahora?
—Para evaluar la posible reacción de Irán, podemos fijarnos en cómo respondió al asesinato del jefe de la Fuerza Quds, unidad de élite de la Guardia Revolucionaria Islámica, Qassem Soleimani, en enero de 2020. Irán dijo que habría una gran reacción, pero lo único que hizo fue lanzar una lluvia de misiles contra dos bases estadounidenses en Irak, que no causó víctimas mortales ni daños significativos. Tras esa represalia simbólica, Irán declaró que el asunto estaba zanjado. Es probable que la reacción de Irán a los nuevos ataques siga esta línea. Probablemente no querrá entrar en una espiral de represalias lanzando ataques contra instalaciones estadounidenses en la región. Tampoco está claro cuánto tiempo podrá Irán continuar esta guerra. Depende en gran medida del número de misiles balísticos y lanzadores que le queden. Existen diversas estimaciones sobre cuántos misiles balísticos puede tener Irán en sus arsenales. Se creía que tenía unos 2.000 misiles capaces de alcanzar Israel al comienzo de la guerra. Algunas estimaciones afirman que Irán ha disparado 700 de ellos; otros hablan de unos 400. Sea cual sea la cifra, sus reservas están disminuyendo rápidamente. Israel también ha destruido aproximadamente un tercio de los lanzadores de misiles balísticos de Irán. Si consigue destruirlos todos, Irán tendría una capacidad muy limitada para contraatacar.

—¿Existe la posibilidad de que Irán retroceda?
—No hay que descartarlo del todo. Antes de que Estados Unidos se involucrara en el conflicto, Irán dijo que estaba dispuesto a negociar, pero que no lo haría mientras Israel siguiera atacando. Así pues, una posibilidad es que ahora se alcance algún tipo de compromiso, en el que Israel anuncie un alto el fuego e Irán y Estados Unidos acuerden reanudar las negociaciones sobre el programa nuclear de Teherán. El gran problema es que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha dicho que no confía en el proceso de negociación y que no quiere detener las acciones militares hasta que todas las instalaciones nucleares de Irán hayan sido completamente destruidas. También ha estado bombardeando las terminales petroleras y las instalaciones de gas para ejercer aún más presión sobre el régimen. Pero el régimen se ha mostrado increíblemente decidido a no perder prestigio. Sufrió una gran presión en diferentes momentos durante la guerra entre Irán e Irak en la década de 1980 y nunca consideró rendirse hasta que un misil estadounidense derribó por error un avión de pasajeros iraní, matando a 290 personas. Irán aceptó entonces un alto el fuego negociado por la ONU. Pero la guerra entre Irán e Irak duró ocho años y causó aproximadamente un millón de muertos. Y cuando el entonces líder supremo, el ayatolá Ruhollah Jomeini, aceptó el alto el fuego, dijo que era “peor que beber veneno”.

Las tres preguntas a Ian Parmeter se tomaron de un artículo publicado originalmente en The Conversation. Para acceder a su versión original, podés hacer click acá.

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Tendencias. El Cannes Lions funciona, en cierto sentido, como un GPS que anticipa lo que se viene en materia de marketing y comunicación. Silvina Seiguer, que concurre regularmente, destaca en este artículo algunas de las tendencias más salientes que se hicieron patentes en su edición 2025: 1) Crossover creativo: cine, redes y gaming en diálogo constante, con campañas que combinan narrativa cinematográfica con experiencias interactivas en redes sociales y guiños al gaming; 2) Propósito radical: sostenibilidad más allá del discurso, para convertirse en el corazón de muchas de las campañas más premiadas; y 3) IA creativa, como herramienta que potencia la creatividad con más velocidad, precisión y posibilidades expresivas. Muy buen insight

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Academia. Un adolescente pasa en promedio nueve horas online, con más de cinco cuentas de redes sociales integradas. Uno de cada cuatro usuarios de las redes sociales usa algún software para bloquear la publicidad, por lo que los influencers —especialmente los de YouTube— se vuelven un vehículo clave para llegar a ellos. Un estudio, ya referenciado en un número anterior, pone en evidencia la importancia creciente de los influencers en las estrategias de las marcas para generarse nuevos clientes. El marketing aprende rápido qué hacer con los influencers. Las comunicaciones corporativas están, en esto, todavía en los comienzos.

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Oportunidades laborales

Cardinal Digital Marketing inició una búsqueda para la posición de CEO Associate Manager.

La Universidad Arturo Jauretche abrió la búsqueda para la posición Community Manager Sr.


¡Hasta el próximo miércoles!

Juan.


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