Irán e Israel, la madre de todas las batallas
La escalada bélica atrae la atención pública en todo el mundo. Las noticias sobre los bombardeos y sus efectos inmediatos de uno y otro lado pueden hacer perder perspectiva sobre una posibilidad: que lo que esté en juego sea algo tan grande como el destino de Occidente.
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18-06-2025
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Guerra. Corría el mes de octubre de 1571 cuando el Reino de España, la República de Venecia, los Estados Pontificios y otros aliados cristianos se unieron para enfrentar a la flota del Imperio Otomano en el Golfo de Lepanto, cerca de Grecia. Comandados por don Juan de Austria, una batalla naval de proporciones épicas resultó finalmente en un triunfo histórico para los europeos que detuvo la expansión sobre el Mediterráneo de los hasta entonces imparables turcos. No se trataba sólo de riquezas, naves de guerra y soldados: era la identidad judeocristiana de Europa lo que se definía en esas aguas. De ahí que todo soldado que hubiera intervenido, se sintiera honrado de por vida, como Miguel de Cervantes, que perdió un brazo en esa batalla y llevó desde entonces, con orgullo, el apodo de “manco de Lepanto”.
Una segunda batalla de Lepanto se libra ahora en los cielos de Oriente Medio. El “Eje de la Resistencia” formado por Irán, grupos terroristas iraquíes y libaneses (sobre todo Hezbollah), Hamás y la Jihad Islámica de Gaza y los Hutíes de Yemen, constituyen un frente militar poderoso equivalente al que hace cinco siglos representaba el Imperio Otomano. Del otro lado, el Estado de Israel —con el apoyo condicionado de los Estados Unidos— lucha intentando detener el avance implacable del Islam. Otra vez, no están en juego sólo arsenales, aeropuertos e infraestructura bélica: Israel, por momentos en soledad, en su lucha representa a Occidente y sus valores frente al avance de las teocracias árabes.
Distintos líderes políticos y religiosos en todo el mundo esgrimen múltiples argumentos, no siempre consistentes entre sí, en torno al tema. Puede resultar útil hacerlos explícitos para poner el foco en lo que realmente importa:
La paz. Es imposible negar los horrores de la guerra. Por eso son muchas las voces que, animadas por buenas intenciones, se alzan pidiendo deponer las armas. Tienen razón, aunque de poco sirven sin una comprensión a fondo del problema y, sobre todo, sin una propuesta realista de solución.
El Estado de Israel. Uno de los ejes de la retórica islámica niega que Israel tenga derecho a existir como Estado. Y afirma que son sus vecinos árabes quienes tienen el deber de impedirlo por todos los medios a su alcance. Los medios y analistas occidentales, con frecuencia, no expresan con claridad suficiente estos extremos. Hacerlo explícito ayudaría a entender la gravedad del problema.
Neutralidad. Los países de Occidente se debaten sobre la legitimidad de intervenir en contiendas bélicas lejanas a sus fronteras: rara vez los ciudadanos de los países democráticos apoyan que sus soldados vayan a arriesgar sus vidas a miles de kilómetros. Eso pone freno de mano y deja a Israel en soledad, con frecuencia ignorando las consecuencias.
Drama humanitario. Las penurias del pueblo palestino en la Franja de Gaza operan como pretexto perfecto para retacear el apoyo a Israel. Es comprensible: el drama humanitario de los palestinos es desgarrador. Sin embargo, se olvida que es Hamás (financiada por Irán) quien llevó el conflicto a estos extremos, usando a la población civil como escudo.
Escalada. El conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamás, y ahora con Irán, ofrece las condiciones ideales para que China, Rusia, Corea del Norte y otros países enfrentados con los Estados Unidos entren en la contienda y desaten el Armagedón. Justificación suficiente para que el resto de los países extreme la prudencia sobre una posible participación. Nadie quiere romper el equilibrio.
Motivación. Buena parte de los combatientes islámicos pelean porque creen que Alá se los manda: es una cuestión de fe. Israel lucha con el convencimiento de que su territorio le corresponde por derecho y porque ceder sería el comienzo del fin: es una cuestión de supervivencia. Motivaciones fuertes de ambos lados y bajas chances de que uno de los dos desista.
Los argumentos a favor y en contra de Israel son, quizá, el árbol que tapa el bosque. Simpatías aparte, y con independencia de los sentimientos que despierte Benjamin Netanyahu, hay evidencia suficiente de que el Islam es expansivo. Y de que es Israel el único país que, en una nueva Lepanto, se le enfrenta en defensa de la democracia liberal. Occidente, si quiere sobrevivir, debería tenerlo en cuenta.
Ilustración: gentileza GM+AI
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Tres preguntas a Michael Froman. Es un académico y político estadounidense. Es actualmente Presidente del Council of Foreign Relations. Tuvo roles de relevancia en el Gobierno de los Estados Unidos durante la administración Obama y ocupó cargos de responsabilidad en Mastercard, The Walt Disney Company y Citi, entre otras compañías.
—¿Qué sucedió? ¿Por qué Israel ataca ahora a Irán?
—Hay varias razones plausibles. El vencimiento del plazo de 60 días del presidente Donald Trump para las negociaciones nucleares con el régimen eliminó una posible objeción de Estados Unidos de que Israel estuviera socavando su iniciativa diplomática. Además, la inusual censura del Organismo Internacional de Energía Atómica a principios de esta semana, que acusaba a Irán de haber tomado medidas para ocultar aún más sus actividades de enriquecimiento nuclear y, potencialmente, acelerar su programa de armas nucleares, fue otro factor que obligó a actuar. En términos más generales, las reglas del juego en Oriente Medio han cambiado radicalmente en los últimos dos años. Después del 7 de octubre, Israel ha tenido un éxito significativo al ejercer unilateralmente su capacidad militar para destruir a sus dos enemigos más cercanos, Hamás y Hezbolá, y desmantelar la red de aliados de Irán en la región. Irán siempre iba a ser un objetivo más difícil pero después de un flujo constante de ataques quirúrgicos, incluidas las operaciones de octubre y abril de 2024 que destruyeron gran parte de la red de defensa aérea avanzada de Irán, Israel puede haber decidido que tenía una ventana de oportunidad que en algún momento podría cerrarse.
—¿Qué significa esto para Irán?
—Solo hay que considerar la evaluación preliminar de los daños. Israel eliminó gran parte del alto mando militar iraní, incluyendo al general Hossein Salami, comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC); al general Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán; al comandante Amir Ali Hajizadeh, jefe de la Fuerza Aeroespacial de la Guardia Revolucionaria; y a Ismail Ghaani, comandante de la Fuerza Quds a cargo de los aliados regionales. Se informa que al menos otros 20 altos mandos murieron, junto con dos científicos nucleares y un miembro del equipo negociador nuclear de Irán. Aunque los líderes militares serán reemplazados, a corto plazo estos ataques podrían dañar la capacidad de Irán para coordinar una respuesta militar efectiva y obligar a los líderes restantes a ocultarse en instalaciones subterráneas. Israel también destruyó una variedad de objetivos relacionados con las fuerzas de drones y misiles balísticos de Irán, así como los sitios restantes de defensa aérea. Finalmente, fueron atacadas las instalaciones de enriquecimiento nuclear de Natanz y Fordow, aunque el alcance de los daños en estas instalaciones aún no está claro.
—¿Qué opciones tiene Irán en este punto?
—Irán enfrenta una serie de decisiones estratégicas abrumadoras tras los ataques israelíes. Ya ha comenzado a responder con misiles, pero, dado el éxito de los ataques israelíes contra sus capacidades misilísticas, podría encontrarse con opciones más limitadas que hace un año. Y parece que las fuerzas militares de EE.UU., junto con una coalición de otros países de la región, han intervenido nuevamente para repeler misiles y drones iraníes. En cuanto a otras formas de represalia, Irán también podría “hacer pagar un precio a Israel” utilizando sus aliados regionales restantes, pero esas fuerzas son solo una sombra de lo que fueron antes del 7 de octubre. En resumen, la capacidad de Irán para asestar un contragolpe proporcional está seriamente en duda, y ahora parece más débil que en cualquier otro momento reciente. Luego está el dilema nuclear. En la medida en que Irán mantiene capacidades de enriquecimiento, cabe preguntarse si se lanzará ahora desesperadamente a fabricar la bomba, o mantendrá la doctrina estratégica del Ayatolá de permanecer justo por debajo del umbral nuclear. Irán sigue siendo parte del Tratado de No Proliferación Nuclear, al menos en los papeles, pero el Organismo Internacional de Energía Atómica ha informado que Irán ha incumplido sus obligaciones de no proliferación, al no informar detalles sobre sus materiales y actividades nucleares. ¿Se retirará Irán por completo del tratado?
Las tres preguntas a Michael Froman se tomaron del artículo publicado bajo el título “Israel and Iran: An Early Read”, publicado originalmente en el perfil del Council of Foreign Relations de LinkedIn. Para acceder a la nota completa podés hacer click acá.
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Infiltrados. La antropóloga francesa Florence Bergeaud-Blackler, investigadora del prestigioso Centre National de la Recherche Cientifique (CNRS), es especialista en la influencia que ejerce la organización de los Hermanos Musulmanes en el continente europeo. En esta entrevista explica cómo este grupo islamista se aprovecha de la ingenuidad de Europa y del “diálogo entre culturas” para infiltrar la sociedad occidental y transformarla desde adentro. Hay cada vez más evidencia de que constituyen una amenaza directa a la cohesión nacional y a los valores republicanos, especialmente el laicismo y la igualdad entre hombres y mujeres.
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Academia. Este artículo de Iva Grigova pone la lupa sobre el modo en que la tecnología está sacudiendo los hábitos de prácticamente todos los públicos, a la vez que obliga a los profesionales de las relaciones públicas a redefinir sus prácticas. Las PR hablan de una manera radicalmente distinta a como lo hacían hace años a sus públicos (a través de emojis, gifs, stickers y hashtags), lo hacen a través de nuevos canales (redes, apps y native advertising) y tienen maneras diferentes de distribuir sus contenidos (análisis de big data, automatización de contenido de marketing). Incluso el tradicional comunicado de prensa es ahora un press kit digital que incluye fotos, gráficos y videos. Un mundo en cambio constante que obliga a aprender y desaprender. Sin pausa.
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Oportunidades laborales
Nestlé inició una búsqueda para la posición de Corporate Affairs Specialist.
IQVIA abrió la búsqueda de Associate Director, Regulatory Affairs.
¡Hasta el próximo miércoles!
Juan.
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