La hora de los influencers

A medida que se reduce el impacto de los medios tradicionales en la opinión pública, crece el protagonismo de los influencers en las estrategias de PR y marketing de muchas empresas. Autenticidad, flexibilidad, capacidad de generar entretenimiento: la fórmula del éxito.

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Tendencia. No tengo pruebas pero tampoco dudas: cuando se les pregunta a los chicos qué quieren ser cuando sean grandes, la mitad dice que influencer. El otro cincuenta por ciento, con alguna variación dependiendo del género, se reparte entre streamer, futbolista, chef, astronauta, veterinario, rugbier, modelo, dueño de unicornio y director de ONG dedicada a salvar el planeta. Y desde hace dos meses, ahora que Franco Colapinto ascendió al Olimpo, piloto de Fórmula 1 también cotiza alto. Cualquier otra opción es marginal.

Hasta no hace mucho, lo que importaba de verdad era lo que decían los diarios. O la tele. Ahora, mejor prestar atención a lo que piensan algunos influencers. Cristiano Ronaldo tiene 642 millones de seguidores en Instagram; Leo Messi, 504 y la modelo Kylie Jenner, casi 400 millones. Números astronómicos si se comparan con los 10 millones de suscriptores del mítico New York Times o los 2.5 millones del Washington Post. Además, la gente tiende a creerles más a los individuos con nombre y apellido que a los medios tradicionales.

Una encuesta reciente de Sprout Social, hecha en los Estados Unidos y el Reino Unidos, arroja algunos resultados de interés para asomarse al mundo de los influencers:

Valores. Nada importa tanto como la autenticidad y el alineamiento con los propios valores, dicen los baby boomers, los de la generación X y los Millenials. Los de la generación Z, en cambio, sin mayores pretensiones axiológicas, van detrás de los números: siguen a los que tienen más seguidores. El fetichismo de la fama.

Temas. Cuando se trata de promocionar productos, hay tópicos que atraen más que otros: el 30% se siente atraído por los contenidos sobre alimentos y bebidas; el 26%, por los de belleza. También las diferencias etarias muestran diferencias: los más jóvenes se interesan por el fitness, los juegos y los contenidos de lifestyle. Los mayores de 50 prefieren las películas y el deporte.

Fórmula. ¿Qué hace que una alianza entre una marca y un influencer funcione? ¿Qué hace que los usuarios dejen de scrollear? Lo principal, que el nexo se perciba como honesto y sin sesgos (67%), que el contenido sea entretenido (48%) y que resulte educativo (29%). Importa menos, según dicen los encuestados, que se trate de algo novedoso y aspiracional. Interesante.

Plataformas. Las audiencias tienden a usar las redes que usan los influencers que funcionan como sus referentes: Instagram, Facebook, TikTok y YouTube. Pero hay variaciones según la edad: 50% de los Baby Boomers prefieren Facebook; los de la generación X y los Millenials abrevan en Instagram y los de la generación Z se inclinan por TikTok, a la vez que mantienen un pie en Instagram. Lo que ya se sabía.

No está claro si la fiebre de los influencers es sólo una moda. Parece, más bien, que llegó para quedarse. Como sea, mientras funcione, merece atención. Y mente fría: análisis de la relación inversión-beneficios, estudio de riesgos reputacionales relacionados con cada nombre, claridad sobre las preferencias reales de las audiencias, test de consistencia entre influencer y marca. Y después… prueba y error. Y suerte.
Imagen: gentileza de GM+AI

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Tres preguntas a María Novo. Es una escritora, poeta y pintora española. Su trabajo se centra en medio ambiente y educación ambiental, el desarrollo sostenible y las relaciones entre ciencia, arte y medio ambiente.

—El tiempo se convirtió en el activo más valioso. ¿Qué reflexión le merece?
—El tiempo es un intangible de altísimo valor. Marca los ritmos de nuestras vidas, influye en los estados de ánimo, nos permite reposo cuando necesitamos calma… Es un recurso no renovable que no se puede guardar ni acumular. Nos pertenece, salvo cuando interviene el mercado y pone precio a las horas de trabajo que ocupan una parte fundamental de nuestras vidas. Aun así, generalmente resurge fresco en las etapas de descanso, como una ocasión para la libertad. Porque conviene recordar que disponer de tiempo es uno de los condicionantes de la libertad. La pregunta es si sabemos valorarlo, si lo usamos de acuerdo con nuestras prioridades o si, por el contrario, lo despilfarramos o ignoramos. La dimensión temporal está presente en todas las esferas de la vida. Es más, de cómo la utilicemos depende en gran parte el destino individual y colectivo de nuestras sociedades. Las relaciones con la naturaleza, los vínculos comunitarios, los proyectos personales, todos ellos están influidos por los usos del tiempo. Evolucionan de una u otra forma según el ritmo que les impongamos.

—¿Qué consecuencias tiene el apuro permanente, el vivir el tiempo en modo acelerado?
—La naturaleza tardó millones de años en formar el petróleo. Nosotros lo hemos consumido prácticamente en trescientos años a una velocidad infinitamente mayor. Esa aceleración en la extracción y consumo de los bienes de la Tierra es la causa fundamental de los problemas ecológicos que hoy nos afectan: pérdida de biodiversidad, extinción rápida de especies, contaminación, cambio climático… Hemos hecho un mal uso del tiempo, sobrepasando los límites de la biosfera. Guiados por la lógica del beneficio inmediato, estamos destruyendo la lógica de la vida. En el plano social y humano, disponer de tiempo de calidad es imprescindible para crear y mantener los vínculos comunitarios y las tareas de cuidados. Ambas cosas se desvirtúan cuando se hacen con prisa. Vamos corriendo a todo y, en el camino, perdemos activos de inmenso valor, como la calma, el cultivo de los afectos y la solidaridad. Las prisas, la aceleración constante, la productividad y la eficiencia son una prioridad en nuestros días. El tiempo, los ritmos vitales, han quedado sometidos a ellas. De ahí el estrés que presentan muchas personas y el escenario de desigualdad social que hoy nos es familiar.

—¿Qué habría que hacer para recobrar un uso más humano del tiempo?
—Un desarrollo humano y comunitario armónico requiere unos tiempos de calidad y el acoplamiento de nuestros ritmos a los de la naturaleza. Nos plantea preguntas que nos desafían: ¿cómo utilizar los bienes de la Tierra respetando sus límites y sus pautas de reposición y regeneración? ¿Cómo distribuir equitativamente los frutos del desarrollo, incluyendo entre ellos los tiempos de calidad? ¿Estamos educando a nuestros niños y jóvenes para que sepan valorar y defender su tiempo o simplemente para que sean útiles al mercado? Urge un cambio de gran alcance que nos devuelva el sosiego individual y colectivo. Necesitamos rescatar los valores que perdimos en estas sociedades materialistas. Felizmente, en muchos lugares el proceso está en marcha. Ahora se trata de unirnos a él y amplificarlo, avanzando en su misma dirección: caminar al ritmo del alma, que se mueve despacio.

Las tres preguntas a María Novo se tomaron del artículo “El valor del tiempo”, publicado originalmente en Ethic. Para acceder a la nota completa podés hacer click acá.

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Alberdi. El padre del liberalismo argentino, poco conocido por sus compatriotas, empezó a salir del anonimato a partir del gobierno de Javier Milei, que lo ha mencionado decenas de veces en sus intervenciones públicas. Esta entrevista a María Victoria Baratta, autora de una biografía recién publicada del prócer tucumano, destaca sus luces y sus sombras y ayuda a entender sus aportes doctrinales. Un adelantado a su tiempo, sinceramente interesado en promover la libertad en todos los aspectos y comprometido con la idea de una sociedad plural, en la que hay lugar para la disidencia.

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Academia. Gabriel Zanotti, que tiene la virtud de hacer fácil lo difícil, explica en este artículo ya referido en otra ocasión, su mirada sobre el liberalismo político de Karl Popper. En oposición bien fundamentada frente a otras opiniones, hace evidente que Popper no es un relativista que funda la libertad en la imposibilidad de conocimiento cierto, y que su filosofía política no es una mera crítica de Platón, Hegel y Marx. Es, en cambio, “un derivado de su ética, en la cual el mandato principal, no precisamente conjetural, exige una prohibición absoluta del asesinato en nombre de las ideas”. De esta actitud crítica y pacífica surge “un liberalismo clásico evolucionista, no constructivista, abierto al progreso de tradiciones cambiantes pero firmes, y opuesto a todo tipo de revolución utópica y violenta”.

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Oportunidades laborales

Adidas abrió su búsqueda de Director Direct to Consumer.

Grupo Jack inició su búsqueda para la posición de Gerente de Marketing.


¡Hasta el próximo miércoles!

Juan.


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